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Impresión térmica:

La impresora térmica más usada es la que contiene una serie de puntos o cabezal térmico que calienta la superficie con el que se encuentra en contacto.

Esta tecnología se utiliza, básicamente, para imprimir etiquetas.

 

Las velocidades de las impresoras térmicas están dentro de un rango de entre 100 y 350 mm por segundo.

 

Altas velocidades de impresión requieren de un papel térmico especial, y algunas veces la resultante es una impresión de baja calidad.

 

Muchas impresoras permiten al usuario seleccionar la velocidad de impresión de la máquina, para poder obtener los mejores resultados de calidad en el menor tiempo posible.

 

Dado que este sistema es muy sencillo, es incluso posible crear impresoras portátiles para imprimir códigos en etiquetas, etc.

 

La impresión térmica es un método muy expandido y popular en la generación de códigos de barras, debido a su formato, flexibilidad, calidad de imagen, velocidad y costo.

 

La única desventaja es que las imágenes térmicas que se impriman no pueden estar sujetas a ambientes con temperaturas mayores a 60 °C o estar expuestas a la luz ultravioleta (luz del sol directa).

 

Impresión térmica de transferencia:

Estas impresoras tienen muchas similitudes con las que son de calor directo.

Se utiliza una cabeza de impresión, pero esta está en contacto con una cinta especial, llamada Ribbon, que libera sus materiales de pigmentación superando cierta temperatura.

El Ribbon está en contacto físico con la superficie del material a imprimir.

La imagen que se imprime es estable, y no resulta afectada por la temperatura o la luz ultravioleta.

Estas impresoras son tan versátiles como las mencionadas anteriormente, con las ventajas adicionales que se puede utilizar papel común y corriente, la imagen que se imprime puede usarse tanto en ambientes internos como externos, y la duración de la vida de la cabeza de impresión es más larga.

La desventaja que presentan es que se utiliza mayor cantidad de producto consumible, que es el Ribbon.

En 1994, muchas compañías empezaron a desarrollar éste tipo de impresoras con una duración de la vida del Ribbon más larga, haciendo que éste recorriera su camino a una menor velocidad.

Es posible también imprimir etiquetas que contengan color.

En este caso el Ribbon es de 4 colores.

Las impresoras térmicas, y las de transferencia normalmente vienen equipadas con densidades en las cabezas de impresión de entre 100 y 600 puntos por pulgada.

Esta densidad de puntos se refiere a la mínima dimensión en que puede ser impresa una línea.